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sábado, 14 de febrero de 2015

ROSQUILLAS DE ANIS


ROSQUILLAS DE ANIS

Estamos en época de carnaval y lo mismo que en la Semana Santa las rosquillas y las torrijas junto a muchos platos más son protagonistas, yo traigo aquí la receta de rosquillas de anís que hacia mi madre, lo único que yo las he hecho más grandes pues me gustan más esponjosas que crocantes, aparte que para desayunar son ideales el tamaño, estas rosquillas son más sanas que los donuts ya que la grasa que llevan es aceite de oliva y no esa grasa industrial llena de colesterol, encima el sabor a anís nos lleva la memoria a los dulces de antaño, así que ya tenemos un par de argumentos para hacerlas y saborearlas.

INGREDIENTES:

-         1 Taza de leche

-         1/2 Taza de aceite de oliva virgen

-         Ralladura de 1 limón

-         1/2 Taza de Anís del Mono

-         1/2 Taza de azúcar

-         2 o 3 Huevos

-         1 Sobre de levadura Royal

-         Harina (la que pida 3 o 4 tazas)

-         Aceite de oliva para freírlas

-         Azúcar y canela para rebozarlas

 

Ponemos la leche en un cazo y le añadimos el anís y el aceite de oliva, removemos bien hasta que se integre todo y ponemos a hervir, una vez hierva sacamos del fuego y añadimos el azúcar y la ralladura del limón y dejamos enfriar para poderlo utilizar.
 







 

Preparamos un bol donde echaremos unas tres tazas de harina, yo aquí use harina para bizcochos, porque buscaba la máxima esponjosidad y esta harina lleva algo de levadura química, pues bien le agrego el sobre de levadura Royal (polvo para hornear) y mezclo todo muy bien y hago un cono en medio de la harina.
 

 

Por otro lado cojo los huevos y se los añado a la mezcla de la leche que ya debe de estar frio y remuevo bien para que todo se integre y esto lo vuelco poco a poco en el bol de la harina y con la ayuda de una espátula lo voy integrando todo muy bien.




 

Según nos lo vaya pidiendo iremos añadiendo mas harina, la textura nos debe quedar como de plastilina y que se separe bien de las paredes del bol.
 

 

Cogemos la encimera y echamos harina y encima de ella volcaremos la masa que hay en el bol y con las manos enharinadas amasaremos hasta integrarlo todo bien, si necesita más harina iremos añadiendo poco a poco, la masa estará cuando los dedos nos queden limpio y no se pegue en la encimera, daremos forma de bola y dejamos reposar un poco.
 


 

Llego la hora divertida, ponemos un papel de horno o una bandeja para depositar las rosquillas, cogemos un pedazo de masa y le damos forma de bola, aplastamos y metemos el dedo en el centro hasta que la traspasemos, sacamos el dedo y agrandamos el agujero, depositamos la rosquilla sobre el papel hasta la hora de freír, hacemos toda la masa y ponemos las rosquillas en disposición para ser bañadas en aceite.
 


 

Hay otras formas de hacer las rosquillas, coger un trozo de masa y amasarlas dándoles forma de cilindro y luego uniendo los extremos dando forma de lazo etc.

Dependiendo del tamaño, a la hora de freír se quedaran más o menos crocante, es decir a mas pequeña se queda crocante por dentro y por fuera, a mas grande se queda crocante por fuera y mas esponjosa por dentro, yo aquí las hice del tamaño de un donut, pero es porque me gusta el tamaño para mojar bien a la hora del desayuno con el cacao con leche, mi madre las hacia un poco más pequeñas, pero quedan deliciosas de todas formas.

En una sartén ponemos aceite de oliva y lo calentamos no muy fuerte, es decir un fuego medio alto y doramos por los dos lados, las sacamos y ponemos sobre papel absorbente para que suelte todo el aceite sobrante.



 

Una vez frías y desgrasadas, en un bol habremos mezclado azúcar y canela y las rebozamos por las dos caras y depositamos en una lata de las antiguas donde las tendremos protegidas de manos furtivas que nos las roben, nada es bromas, son para compartir con un buen café o unas copitas de mistela o anís.
 
 




 

Rico no, lo siguiente, hacía muchos años que no las probaba, por mi condición de diabético creo que pasaran muchos años más, pero ha sido muy bonito recordar las rosquillas que hacia mi madre y compartirlas.
 

 

Buen provecho… y disfrútenlas