ALUBIAS ROJAS CON CHORIZO
Plato contundente
pero como casi todos lo hemos aligerado para poderlo disfrutar más a menudo sin
que la conciencia nos mortifique después, conseguimos un sabor clásico y la
mayoría de grasas brillan por su ausencia por lo que podremos disfrutar en
cualquier época del año este rico plato y ahora muy saludable.
INGREDIENTES:
- Alubias rojas (en remojo 24 horas)
- Chorizo dulce en sarta
- Cebollas
- Pimiento rojo y verde
- Tomate seco en aceite
- Salsa de tomate
- Sal, pimienta negra, tomillo y hojas de
laurel
- Caldo de carne o una pastilla de doble
caldo Knor
- Aceite de oliva virgen
Las alubias rojas las
habremos tenido en remojo desde el día anterior para que se rehidraten,
triplican su tamaño.
En una cazuela
ponemos un buen chorro de aceite de oliva y picamos bien una cebolla y
agregamos para que empiece a pocharse bien, ponemos los pimientos verdes y
rojos picados en menudo removemos salpimentamos un poco y dejamos que las
verduras se vayan haciendo bien.
Cogemos los tomates
secos en aceite y picamos unos cuantos, cuando la cebolla y pimientos estén
pochados adjuntamos el tomate seco y mezclamos muy bien y dejamos hacer a fuego
lento.
Cogemos el chorizo y
lo picamos en trocitos pequeños y metemos en la cazuela para que suelten su
pimentón y grasa, es la única que vamos a agregar a diferencia del plato
clásico donde hay panceta, morcilla, etc., así que el sabor lo conseguimos con
este rico chorizo que encima lleva muy poca grasa, pues bien a la cazuela con
él.
Después de que el
chorizo suelte su jugo añadimos dos o tres cucharadas colmadas de un buen
tomate frito
Una vez bien mezclado
todo añadimos las alubias rojas y les agregamos el tomillo las hojas de laurel
y si tenemos caldo agregamos el caldo y si no una pastilla de doble caldo
ponemos agua y damos un primer hervor, bajamos el fuego al mínimo y dejamos que
la cazuela haga chup-chup entre 40 o 60 minutos, las alubias estarán cuando las
podamos aplastar sin esfuerzo con un tenedor.
Acaba la cocción y
dejamos reposar las alubias un mínimo de una hora antes de hincarle la cuchara
al plato, esta forma aunque no les guste a los puristas es para disfrutar a
diario, encima si ponemos unas piparras (guindillas en vinagre) como hacen en
Navarra y País Vasco seria el culmen.