POLLO A LA CAZUELA
Esta es una de las
recetas típicas de cualquier hogar en donde con pequeñas variantes descubrimos
un mundo de sabores celestiales, yo aquí haciendo memoria, viendo los libros de
cocina de mi madre y alguna que otra receta vista por las redes, intento
recrear lo que hacia mi madre y decir que esta receta la clavo, un sabor
excelente y un plato muy rico, mi madre utilizaba la olla a presión uno de los
mayores inventos para la cocina junto al horno y la nevera, pero yo esta receta
la hago al estilo de las abuelas, a fuego lento y con mucho amor el ingrediente
indispensable para poder comer rico, rico.
INGREDIENTES:
- Un pollo troceado
- Cebolletas frescas
- Zanahorias
- 1 Litro de caldo de pollo (o una
pastilla de caldo)
- 1 Vaso de vino blanco
- Ajo
- Pimienta negra, sal, laurel, tomillo
y/o las hierbas que nos apetezcan.
- Aceite de oliva (fundamental).
Para acompañar a este
rico pollo guisamos unas papas y regamos con aceite de oliva y perejil fresco
ligado…
Cogemos una buena
cazuela y ponemos un chorro muy generoso de aceite de oliva y tiramos en el dos
dientes de ajo aplastados, cuando el fuego este vivo ponemos los trozos del
pollo a los que previamente habremos salado y pimentado y empezaremos a sellar
por todos los lados, una vez veamos que empieza a dorarse el pollo añadimos la
cebolleta picada en menudo y removemos muy bien, bajamos el fuego a medio y
dejamos que se empiece a pochar la cebolleta, le añadimos la zanahoria picada
en cuadraditos pequeños , removemos bien y seguimos con el pochado de las
mismas, cuando veamos que la cebolla empieza a transparentar es el momento de
añadirle las hierbas que queramos, yo aquí le puse tomillo y un par de hojas de
laurel y llego la hora de agregar el vaso de vino blanco, subimos el fuego y
removemos muy bien para que se evapore el alcohol del vino pero que deje su
magnífico aroma.
El siguiente paso es
añadirle el caldo de pollo, subimos el fuego al máximo y cuando rompa a hervir
lo bajamos al mínimo y lo tapamos durante unos diez o quince minutos que será
cuando volvamos a destapar y dejaremos otros quince minutos a ese fuego bajo
para que se vaya reduciendo la salsa, una vez veamos que el pollo esta cocinado
(esto se sabe cuando presionamos con un tenedor y se abre la carne y la vemos
que no está rosada y si de un color similar por todo el pedazo) apagamos el
fuego y dejamos reposar con la tapa puesta.
Para acompañar este
plato guisaremos unas papas en abundante agua con sal, una vez este hechas
emplataremos poniéndole perejil picado y un buen chorro de aceite de oliva y es
el complemento ideal para degustar este plato.
Ahora solo nos queda
sentarnos a la mesa y acompañados de un buen vino blanco dar buena cuenta de
este pollo a la cazuela, tan significativo del recetario de nuestras casas y
que nuestras madres y abuelas hacían con tanto cariño como el que hemos puesto
nosotros al hacerlo así que corriendo a la tienda del barrio a comprar los
ingredientes de esta receta para hacernos una comida riquísima.
Buen apetito…
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