COLIFLOR EN TEMPURA
Un plato al que casi
todos de niños aborrecíamos y que teníamos que comer a la fuerza, nada más
entrar en casa ese olor a azufre nos decía que nada bueno iba a ocurrir en la
mesa y hacíamos lo indecible por tragárnoslo, no quedaba otro remedio por lo
menos en mi caso, mi madre tenía la filosofía de la época, si no te lo comías,
lo cenabas, si no lo cenabas lo desayunabas así que mejor no perder el tiempo y
comértelo, evitaríamos grandes dramas, traigo una de las formas que mi madre
las hacía, hago una nueva interpretación aunque el concepto es el mismo, uso la
tempura como rebozado y añado otro paso después de cocer la coliflor con un
rehogado que le da más sabor y otra textura.
INGREDIENTES
- Coliflor
- Harina de tempura
- Especias, ajo, aceite, vinagre
Cogemos las
coliflores ya sean frescas o congeladas y las cocemos en una olla con agua
abundante a la que le añadiremos un buen chorro de vinagre, este ayuda a paliar
el olor de azufre que deja esta flor comestible, cuando consigamos un buen
punto de cocción colamos y reservamos hasta que atempere, mientras picamos el
ajo muy fino y ponemos una sartén en el fuego a temperatura media, salpimentamos
la coliflor y le añadimos las especias que más nos gusten, yo en este caso puse
una mezcla de jengibre, comino, pimientas, etc., y lo llevamos todo a la sartén
dándole un sofrito que haga que absorba todos los sabores de las especias,
sacamos del fuego y reservamos en un plato.
La técnica de la
tempura es muy sencilla, cogemos la harina en seco y le añadimos especias como
canela, pimientas, curry, etc., luego le añadimos agua bien fría y removemos
hasta conseguir una textura perfecta para poder rebozar estas ricas coliflores,
las bañamos en el bol de la tempura y con unas pinzas vamos añadiéndolas a un
cazo o sartén con mucho aceite caliente, enseguida conseguiremos esa fritura
crujiente y dorada, retiramos y ponemos en un escurridor o en papel absorbente
para quitar ese poca aceite que se le queda a la tempura.
Emplatamos y la
podemos acompañar con una mahonesa, salsa tártara y una ensalada de tomates de
guarnición, es un plato delicioso que no se parece en nada a esos platos que me
torturaban de pequeño, por lo que es recomendable hacerlo a los más jóvenes
para que coman verduras, encima esta flor como la versión verde que es el
brécol son más que recomendables para combatir el cáncer por los nutrientes que
aportan.
Buen apetito.
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